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diciembre 27, 2013

UNA REALIDAD BIPOLAR. Cap.2. Primera manía.

No me jodas tito? Desde mi portatil? Arantza, lo sabía, era ella.
Lloros y milongas, pero a casa de sus padres fue a parar, y yo a empaquetar para largarme de allí.
Suena el timbre, y el movil, casi a la par.
Un colega con mayúsculas, me regaló el desquite, en el video portero una cara asiática, una china para una hora cortesia cual las alla. Raudo y veloz, le dí al play de la camara de video. Durante las fase de mania, la sexualidad de multiplica por 1000, si, como suena. Una hora de reloj dándole a la china lo suyo, jajaja, el video no tiene desperdicio, manchar y manchar sin parar.
Cambié la moto, necesitaba algo más grande, de bmw a BMW y tiro porque me toca, GS1200R, maletas, y a preparar el viaje.
Me mudé a casa de mi amigo Rober, sobre una colina, solitaria, lugar donde el Risperdal hizo su aparición tiempo después y bajé a los infiernos, me ahorqué.
Era invierno, mi hermano Rulo estaba por Ezcaray, trabajando en la estación invernal, para allá que me fui.
Moto cargada hasta os topes, primera noche Lillo, Toledo, Skydive Lillo, a volar, más.
De allí, a Asturias, a ver a mi querida prima y a escalar un poco. Lluvias, viento, viaje duro duro, pero muy divertido. Recuerdo atravesar picos de europa, por la noche, lloviendo, solo, empapado, bien equipado.
Directo a Ezcaray, a seguir liándola y a surfearrrrrrr
La furgo se la vendí al que me hizo la mudanza de la casa de satán en Catarroja a casa Rober en Cullera.
Con la venta de la moto y de la furgo reuní algo de pasta, la cual dilapidé rápidamente. Ezcaray me tuvo que aguantar lo que no está escrito. Allí me encontré con Marta, una vieja amiga muy joven que andaba intentando definir su sexualidad. Como no, enamoramiento fulminante, ya me gustaba mucho antes. 
Ella pasaba esos dias con su novia, y la liamos varias noches por Logroño los tres. Aunque yo, sexualmente desatado necesitaba más y más. Hasta alquilé un apartamento para poder follar a diestro y siniestro, ya que como siempre, la casa del rulo estaba petada.
El periplo de un par de meses terminó en Benasque, donde pasamos Marta y yo unos dias locos.
Uno de ellos me estampé contra un pino con la tabla de snow y me rompí el menisco interno de la pierna izquierda. 
La idea de volver sin mi moto ni pasó por mi cabeza. Escayolado, me calcé las botas y monté todo el equipo. Marta ya se había marchado, y habiamos devuelto ya las llaves de la cabaña que teníamos alquilada.
Una fuerte borrasca entró en el valle, así que esa noche la pasé en un albergue, bueno, mis cosas, yo me fui de fiesta con unos colegas de Cullera que trabajaban en Benasque, con mi escayola nueva.
El viaje de vuelta fué un suplicio, la pierna izquierda sobre la culata del motor boxer de mi GS, por lo tanto sin freno trasero. Hasta tube que atarme un cabo a la bota para que el viento no sacara mi pierna de encima de la culata. No sé ni como llegué a casa de Rober.
Lo que si sé, es que en el trascurso de las siguientes dos semanas, me dí cuenta de que la situación se me había ido de las manos. Poco a poco entraba en el infierno.
Contacté con mi familia y decidimos acudir a un Psiquiatra, Javier Plumed.
Aún en casa de Rober comencé con la medicación. El pase VIP a la morada del demonio se llamaba Risperdal. A los dos dias de tomar aquello, até mi cuello a una soga, y el otro extremo a la baranda de la escalera. Salté en bomba, con mi pierna rota. Aquella fué la primera vez, sin despedidas, sin pensar.
Solo noté un fuerte tirón en mi cuello, tan fuerte que arranqué la baranda. Un ostión sin precedentes, además del que me dió la baranda arrancada en la cabeza. No lo podía creer, estaba vivo joder, puta mierda.
Contacté con la familia y los colegas, les pedí que me llevaran a casa de mi madre.
De allí no salí en seis meses, solo al médico, cual zombi.

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